jueves, 12 de febrero de 2009

Reivindiquemos la Anarquía

Empecemos por decir que no soy de ideología anarquista, aunque no me parece mala.

Se cree que la anarquía es el caos general, la destrucción de todo, la violencia ilimitada, etc. Lo cual está totalmente equivocado. En este caso la existencia de un "Partido anarquista" sería una paradoja en si mismo.

Hay dos corrientes anarquistas, por así llamarlas: (Y son casi como libertad y libertinaje)

La primera es, básica y llanamente, el caos. La que los idiotas punks apoyan, pobres.

La segunda es la anarquía como sistema. Tiene dos principios básicos: La no coacción y la autogobernación de los individuos. El primero sostiene que debe ser legal tdo lo que el inidivudo desee hacer, SIEMPRE Y CUANDO no inicie violencia contra otra persona o su propiedad. Por eso el anarquismo rechaza el robo, el fraude, el asesinato, etc. El segundo manifiesta que cada individuo es su propio gobernante, nadie puede decirle que hacer.

La anarquía promueve la acracia y la anomia. La acracia es la ausencia de un poder soberano externo y mayor al del individuo, y la anomia la ausencia total de normas. Paradójicamente existen normas. Por ejemplo, como ya dije, el límite de la libertad de uno termina donde empieza la del otro.

Lo hermoso de la anaquía es que es casi un humanismo; La verdad de la milanesa anarquista es que se quiere vivir solo con pactos de adhesión voluntaria. Este sistema es casi una utopía. Sería un mundo donde todos respetamos la libertad ajena y vivimos en paz y armonía con el resto.

Sin embargo, creo que la anarquía tiene sus límites. Primero que en la supuesta asunción de un lider anarquista al poder, sería como apagar el motor del auto, y luego desmantelarlo. Sería el triunfo de la libertad total. Tanta libertad que nadie sabría que hacer con ella. El sinsentido nacería y podría venir el caos.

Afortunada y paradojicamente, el sistema anarquista propone modelos jurídios y económicos. Además la autonomía del anarquista debe ser responsable, casi como en un utilitarismo. Además idea un movimiento colectivo de ayuda mutua, casi como un altruismo.

Todos se basa en contratos voluntarios. Que son inquebrantables moral y eticamente. Si aparece un conflicto, hay un tercero mediador.

Un día el niño decidio volverse anarquista. [...] Y vivieron felices para siempre.

Dele una oportunidad al anarquismo, dele una patada al balde.