Un día encontró la Palabra que es todas las palabras. Dudó. Trató de pronunciarla pero no pudo. Intentó una vez más cuando el temor desplazó a la duda y al intento. Así estuvo un rato. Corto, largo, rato. Él ya era presa de la Palabra. Ya era víctima de ella. En su mente todo significaba nada. Algo significaba todo.
Eterno pero efímero el último instante de lucidez.
Pronunció la Palabra y nunca más habló.
2 comentarios:
Me gustó muchísimo este!
De verdad!
Nice...
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