miércoles, 22 de agosto de 2007

Bagualita de Felipe

Hola. ¿Qué tal? Este cuento es una narración basada en hechos verídicos. Sisi. Muy reales. Tal vez influidos por la subjetividad del narrador, tal vez no. Está un poco... "Encriptado", por supuesto, si no me aburriría.
La realidad y la ficción se mezclan todo el tiempo. Ustedes dirán cual es cual. En una parte se rompe la fantasía por completo y aflora la pura realidad. Se nota por los hechos y el vocabulario...
Quiero aclarar algo... Jajaja. Bah o sea algo más técnico... Emm nada como algunos saben y otro ahora se enteran, yo nunca escribí y nada si les parece que cambia mucho mi forma de escribir, o que los temas son raros, o lo que sea, es porque todavía me estoy definiendo bien. No elegí nada, ni pienso elegir. Quiero encontrar. Encontrar mi manera de escribir.
Bueh... Este es mi mundo.



Bagualita de Felipe


Felipe era un obrero. Se pasaba 14 horas al día haciendo viviendas. Grandes construcciones en las que daba ganas habitar. Aunque les parezca raro, él amaba su trabajo de obrero; Cada ladrillo que ponía, lo ponía con el corazón. Porque sabía que estas casas las habitarían sus personas queridas. Él no tenía casa propia, habitaba temporalmente en las casas de los demás. Casas que el mismo había construido, así que de alguna manera si eran suyas. Sabía que siempre encontraría lugar en sus casas. O al menos eso creía.
Felipe era nuevo en la compañía constructora, estaba a prueba todavía y si lo tomaban efectivo recibiría una mayor recompensa por su trabajo. Su jefe, un hombre que actuaba por la razón y olvidaba al corazón, veía el gran trabajo de Felipe. Decidió contratarlo efectivamente. Lo que volvió increíblemente feliz al joven obrero. Siempre que había un trabajo importante, lo mandaban, pues el jefe confiaba en él. Fue ascendiendo puestos en el trabajo. Llegó a ser maestro mayor de obra, luego de ser supervisor y capataz. Siempre estaba entre los obreros ayudando a construir y todo.
Pero un día el jefe se acostumbró a Felipe y ya no valoraba tanto su trabajo. Lo que hizo disminuir la calidad de su trabajo bastante. Su mansiones comenzaron a caerse a pedazos por malas infraestructuras. Olvidaba todo el tiempo cosas básicas como cómo preparar cemento. Todas sus viviendas eran o estaban en camino a ser chozas. Solo resistían unas pocas que habían sido construídas con ayuda de los que lego las iban a habitar. Pero las que se caían causaban la cólera de sus residentes, y por consiguiente las consecuencias cayeron en Felipe: Algunos días dormía en las calles porque le negaban la entrada a algunos lugares.
El jefe se enojó con Felipe. Aún así reconoció que siempre fue un buen empleado así que decidió asignarle una tarea distinta. El jefe planeaba decírselo apenas llegara al otro día. Al amanecer, cuando los constructores debían llegar, Felipe se acercaba al terreno en el que trabajaban ahora. Cuando el jefe daba las órdenes generales del día Felipe advirtió que su usual puesto había sido ocupado por otra persona. Cuando escuchó su nombre y la tarea asignada se sintió altamente infeliz.
Felipe era constructor, pero ese día le tocó demoler.
Nunca había hecho esto antes. Lo ponía nervioso la idea de demoler sus casas, pero se daba cuenta que aquella mansión, alguna vez esplendorosa, estaba en un estado terrible. Así que sabía que debía demolerla. Estaba decidido. Subió a la máquina y se dio cuenta que no tenía casco. No se preocupó porque no pensó que fuera peligroso estando dentro de la máquina.
Entonces comenzó su trabajo. Le fue muy difícil. Y en los primeros impactos con la bola de demolición la morada permanecía inmutable. Hasta que comenzó a rajarse. Y en el impacto Nº 6 la casa cedió... Al menos una parte de ella. Desafortunadamente los escombros volaron por todos lados y lo golpearon en la cabeza.
Quedó muy confundido por el golpe. Tanto que el jefe le dio el resto del día libre. Felipe pidió que otro terminara su trabajo, pero el jefe vio que la mansión era ahora una pila de nada. Y que las pocas paredes que quedaban en pie se caerían solas y que al día siguiente usarían los escombros para una nueva construcción. De la cual estarían a cargo los antiguos residentes de esa casa. Él no intervendría.
Confundido por el golpe y por lo que acababa de hacer: Demoler a su propia construcción, le lloró a Dios por ayuda, este de alguna manera ayudó, pero de todas maneras decidió que era mejor. Luego emprendió el regreso a la casa donde vivía en ese momento. No comprendía totalmente lo que sucedía al rededor. Así que no recordaba como volver allí. Entonces pidió instrucciones y le dijeron que se tome el 60 y le señalaron una esquina con una parada.
Siguiendo las instrucciones, subió al colectivo. Estaba tranquilo. Tendría tiempo de descansar ahora. El problema no fue problema hasta que fue consciente de la situación. Una mujer subió al colectivo y pidió 0,75 hasta Constitución. Lo que activó las confundidas neuronas de Felipe, pues Constitución quedaba precisamente en la dirección opuesta a la que tendría que ir. Entonces tocó el timbre del bondi, y bajó. La lluvia continuaba. Era una lluvia tranquila, no mojaba si uno se movía. Entonces vio alrededor y notó que no tenía idea dónde estaba. Estaba perdido. Pero tenía la mínima idea de dónde estaba. Había pasado el Puente Saavedra antes de bajar. Así que tenía idea de como volver. Pero ya no tenía monedas para otro colectivo, no había o se veía ningún negocio cercano. Recordó la casa demolida y la angustia de estar perdido lo venció; La lluvia corrió por su rostro y sos ojos bañaron esa lluvia. Vio su falta de opciones y solo supo correr, corrió y corrió en la oscuridad de esa zona desconocida. Un hombre le preguntó algo sobre una calle, pero él sabía menos que el hombre. Corrió más fuerte. Pasó por un lugar dónde una mina y un tipo se estaban porreando. Tuvo miedo y aceleró. Finalmente encontró un negocio abierto: Una veterinaria. Tocó timbre y le pidió al hombre que pida un remis a ese lugar. El hombre dijo que no, y sugirió que se tome el 60. Realmente no quería volver al 60, pero no vio otra salida. Como no tenía monedas le pidió cambio al veterinario. "No tengo, esto es una veterinaria". No espero más y dejó al hombre hablando solo. Corrió de nuevo, la lluvia lo obligaba. Llegó a una avenida muy poco poblada. Rogó que una remiseria se apareciera y a la cuadra la encontró, junto con 1 hora de demora. Siguió, ya caminando, hasta dar con esta bendita parada de 343. De nuevo no tenía monedas y fue a un quisco de estación de servicio donde compró una coca y unos Tic-Tac, un Tic-Tac tiene menos que dos calorías. Se tomó el 343 y finalmente llegó a la casa donde se quedaba en ese momento. Había gente reunida allí, el dueño de la casa estaba celebrando el día que dejó de ser un nonato.

"Aqui termina mi relato y comienza vuestra imaginación, de modo que adiós."

Wally

8 comentarios:

Agustín Acedo dijo...

Quería explicar el título nomás... Un Baguala es un estilo de música del folclore argentino. Tiene solo 3 notas... Y escribí este cuento en 3 bloques, donde cada uno se va alejando más y más de la metáfora para contar la realidad.

Otra cosa que me pareció interesante... Este narrador omnisciente de mi historia, incluye en su omnisciencia a Dios. ¿Qué loco no?

Bueno nada...

También se me ocurre que muchos no van a entender así que no van a firmar, aunque creo que se puede llegar a interpretar perfectamente.

Waldo!

Wopa!

Marco dijo...

Puedo llegar a entender el quiebre entre la metafora y la realidad. Pero no la moraleja. Ni tampoco si eso te paso a vos o a quien. La verdad que una locura barbara.

Anónimo dijo...

Wally, gracias por seguir compartiendo tus "quilombos mentales" con la amnga de barbaros que te leemos...de dicha narracion no creo tener el derecho de opinar, si no hubiese sido porq me iluminaste vos nunca lo hubiese entendido, solo le cuento a los q lean esto que wally es un grosso inconmensurable (??)...gracias wallito...
y no quedan dudas q marco es un puto...

Agustín Acedo dijo...

O sea yo no entiendo de donde sacó Marco que hay moraleja?!

Anónimo dijo...

es la forma mas inteligente, creativa, descriptiva y tmb un poco fumada de describir este hecho. a mi me contaste la historia, x eso no tardo en caerme la ficha de lo q estabas hablando. sos groso!

pd: entre xq me llamo la atencion el titulo, te lo vi en el msn jaja

Anónimo dijo...

sisi, me di cuenta sobre que es... poooor dios.. . bueno, no voy a hablar sobre eso ... esta vez. (como veces anteriores me parece!) no pienso opinar sobre nada de lo que escribiste solo digo , ¿cómo haces para escribir asi ,, forrazo!? NO VALEEE! .. y fuera de eso... que te quiero con todo mi corazon agustin daniel! jaja .. y que sos muchisiimo para mi, y no se porque con lo que escribiste me senti medio .. :( .. ajaja ni idea!
te quiero muchisimo wally!
gracias, gracias, mil gracias por existir en miiii viiida!

Anónimo dijo...

Pero un día el jefe se acostumbró a Felipe y ya no valoraba tanto su trabajo. Lo que hizo disminuir la calidad de su trabajo bastante

y por consiguiente las consecuencias cayeron en Felipe: Algunos días dormía en las calles porque le negaban la entrada a algunos lugares.

Felipe era constructor, pero ese día le tocó demoler.
Nunca había hecho esto antes. Lo ponía nervioso la idea de demoler sus casas, pero se daba cuenta que aquella mansión, alguna vez esplendorosa, estaba en un estado terrible.



ESTO ES LO QUE ME LLAMÓ LA ATENCIÓN
TE QUIERO WALDOWOPA
me parece que te estoy mimando demasiado hermano
pero bueno después de todo me importas capo total

y si: un tictac tiene solo dos calorias!

Del.

Anónimo dijo...

entendi prefectamente a el felipe imaginario y al otro tambien ojala que no le toque demoler muy seguido no?